"In another time I guess I would have been content with filming girls and cats. But you don’t choose your time."
(Chris Marker)
"Cats yawn because they realize that there's nothing to do"
(Jack Kerouac)
El 20 de Febrero es el Día Internacional del Gato. Así lo ha dispuesto el ser humano en su benevolencia.
No sé si el gato ha de tener un día internacional. Los gatos son más internacionales de lo que nosotros jamás lo seremos.
Mi primer gato, Guillermo, escuchaba a Brassens, Tom Waits y Puccini, o se posaba sobre las páginas de Proust, Kawabata o Melville sin que necesitara traducción.
Un día se cayó por la ventana a la calle y fundó la Cruz Roja Internacional de los Gatos.
El otro día te conté cómo fueron sus últimas horas y cómo le cambiaba el gotero y él suspiraba. Te pusiste a llorar mientras pensabas en tu perra y en tu joven vida lejos del viento idiota y supe que éramos hermanos y algún día podríamos encontrarnos en el cielo internacional y universal de los perros y los gatos (al que yo llegaré antes).
Hubo una fiesta homenaje a mi gato en el pub Claca en Valencia en 1999 (mi gato parece ser que no quería saber nada del siglo XXI de la Gran Amnesia) con actuaciones de la Troupe y de amigos tan queridos como Cisco Fran o Daniel Monzón, algunas bandas, poetas divinos como Xabi Bosch, Rafa Camarasa o Marián, malabaristas y actores.
Dice Chris Marker que "en otro tiempo se habría contentado con filmar muchachas y gatos, pero que uno no escoge su tiempo". Chris era un hombre sabio. Acompañaba a los gatos que se dejaban acompañar. Quizás podríamos decir lo mismo de las muchachas, no lo sé, Chris.
En todo caso que sepas que hace ya dos años que esa cita que te he pedido prestada es una de las tres citas que encabezan el libro que llevo escribiendo desde hace dos años y que la lentitud, querida belleza que sobrevuela este siglo tan veloz, es la dulzura de los olvidados.
Pequeñita mandíbula que mastica asas de plástico y hojas caídas de lechuga: venga a nosotros tu reino de inocente obscenidad.
Grabé "Angel Mine" para ti. En una grabadora analógica Aiwa de mi madre, a pelo, encima de la cama, con la guitarra de palo. Mi voz nunca ha sonado tan auténtica. Como tú decías un día, después de tanta tecnología, producción, post-producción, estudios famosos y grabaciones predecibles, nos falta esa valentía natural felina de publicar la voz como es y el sonido como el de la habitación en que dices que me escuchas como en ningún equipo digital.
ANGEL MINE
Otro día de aquellos nos subimos a un camión de mudanza y fuimos en el asiento del copiloto, con esa templanza insegura de quien solo sabe que el azul del cielo está en tus ojos. Detrás cajas de vida y una fotografía de la muchacha que no decía nada y solo sonreía.
Me pasé dos años traduciendo a Jack Kerouac. Traduje unos poemas sueltos de "Pomes All Sizes" y su libro "Escritura de La Eternidad Dorada". La traducción está disponible para el que la quiera leer.
Colette, no me olvido de ti. Tus frases son felinas y ese viejo libro tuyo "La Chatte" con ilustraciones de Guyot (edición francesa modernista de 1935) está en las manos adecuadas.
No me olvido de Cortázar, Julio, cronopio, esquivo y tierno, ni de William Burroughs. Me olvido de muchas cosas, eso sí.
Los gatos suelen ser amables conmigo. Y lo agradezco. Dicen que tengo imán. No es cierto. Es que hablo bajo y despacio, y no digo demasiado. En las ciudades de los petardos, me escondo bajo la cama como ellos. Y cada vez hay más 'petardos' por doquier.
Me acuerdo de Kaktus. El perfecto anfitrión. Como Félix.
De pronto te haces invisible, como los gatos.
Los gatos saben que no hay nada por hacer, como escribió Kerouac, porque la luna habla con ellos.
Saben que todos, en el fondo, estamos solos, y saben estar solos, con desahogos punk y sueños mondrian, porque siempre les acompaña el tiempo presente y sus ausencias son pasos de baile pendientes.
En los callejones de los barrios olvidados está mi hogar. No en los barrios "cool".
Una vez llegué a un acuerdo con un gato. Él dormía a mi lado y yo le conseguía gambas congeladas y cordeles de zapato.
Mi libro "Eclipse" no existiría sin aquel Eclipse que mi gato y yo contemplábamos en una tarde-noche nublada completamente convencidos de que un eclipse es algo que pasa sin ser visto salvo que sepas que lo mejor siempre lo puedes ver con los ojos cerrados.
La Eternidad es Dorada como el Tigre.
Lo que no pruebas hasta el fondo, hasta que no queda nada, no puedes saber si te gusta.
Muerde, muerde.
Duele. Luego la sensación mejora.
(c) Fernando Garcín, 20 de Febrero de 2016
POST SCRIPTUM:
LOS GATOS QUE NO ERA MÍOS
(Día Internacional del Gato - International Day of The Cat)
Estuve en Lisboa un mes de enero
comiendo en el bar Chicote,
una carpa restaurante circo
en el Barrio de Alfama.
Cubiertos por el abrigo y leves rayos de sol
comimos como solo allí se come
y el gato del bar vino a subirse a mis piernas
y allí estuvo durmiendo y ronroneando
hasta que tuvimos que marcharnos.
Le llamé "Virgilio".
Estuve de visita en la casa de Monet de Giverny
y paseando por los jardines
un gato manso pero huidizo se me acercó
y rozándose me estuvo hablando durante unos minutos del viejo pintor,
de los colores que no tienen patria.
Le llamé "Nenú".
He estado en otros lugares, con otros gatos.
Gatos que no eran míos pero que me contaban
lo que yo no sabía.
Tuve un gato que me tuvo.
Se llamaba Guillermo. Nadie me ha conocido como él.
Compartimos 18 años de fogonazos y eclipses.
Compartimos sofá y compañeras.
Le escribí una canción llamada "Azul".
Cuando murió, en el café Claca,
músicos y poetas hicimos una actuación para él.
He conocido a los gatos y las gatas de mis amigas y mis amigos.
Me he llevado bien con todos y todas.
Indiana. Kaktus. Shiba. Félix...
Cuando llega esa hora en que la luz violeta
anuncia la noche, me giro un momento y veo
que un gato se acerca para decirme
que todo irá bien y los sueños pueden ser dulces.
"Yo inventé el azul
y una vez fui veloz
a causa del azul
encima del azul
debajo del azul."
Fernando Garcín. 20 de Febrero de 2017.
(gracias a Russell, Dorota, Ina y Shangrila Textos Aparte por inspirarme y recordarme esta fecha)
(gracias a D. por estar ahí en esos días raros)
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