Cerca del día 8 de marzo pasado, día de la Mujer Trabajadora tuve en mi página web un recuerdo especial para la cantante de blues afroamericana Elizabeth Cotten.
Nacida el 5 de enero de 1.895, aprendió de forma autodidacta probando a escondidas de niña con el banjo de su hermano. Como su hermano se llevó el banjo consigo y su guitarra cuando se fue de casa, trabajó hasta conseguir dinero para su primera guitarra, a la que llamó “Stella”, y a los 12 años compuso la legendaria “Freight Train” que nadie conoció hasta décadas después. Se casó a los 15 años y tuvo una hija, Lillie. Siguió practicando su peculiar estilo de tocar la guitarra y aprendiendo canciones religiosas, sin que trascendiera fuera de su hogar.
Durante décadas trabajo como asistenta en diferentes casas. Un día encontró, perdida en la calle, a la hija de los Seeger, y la devolvió a su casa. De la amistad con los Seeger, para los que trabajó como asistenta (Pete Seeger, y Ruth Crawford Seeger, ambos musicólogos, él veterano y legendario y combativo cantante de folk) y de la amistad con Ruth surgió la leyenda y el pequeño milagro de ser conocida y poder grabar sus canciones.
Un día la descubrieron los Seeger tocando la guitarra en la casa de estos con esa técnica que haría mágica e inimitable, tocando con dos dedos, mezclando el blues, el folk y los ritmos africanos.
Elizabeth “Giba” Cotten grabó sus primeras canciones (“Freight Train”) con 68 años y empezó a tocar en público con Seeger, y después en solitario, canciones que se hicieron imprescindibles para cualquiera que se introdujera en el blues rural. Grandes de la música han interpretado sus canciones, desde Grateful Dead hasta Bob Dylan –este último solía abrir sus conciertos del inmenso e inimitable Never Ending Tour, al final de los 90, con el tradicional “Oh babe it ain’t no lie”-.
Obtuvo Cotten los mayores reconocimientos nacionales a su trabajo, además de grammys a su disco de canciones en vivo, y premio de su país por la contribución a la cultura y siempre disfrutó tocando en público, a pesar de su edad, con un espíritu que contagiaba a todo el mundo, hasta que sus manos le dejaron hacerlo. Quien la vio actuar nunca podría olvidarlo. Falleció el 22 de junio de 1.987.
Esto es un homenaje.
(c) Fernando Garcin, 2008.
1 comentario:
Precioso video y aún mejor interpretación , y es que nadie puede cantar este blues mejor que...
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