miércoles, 17 de octubre de 2007

EN LA RIADA



El 13 de octubre de 1957, hace 50 años, se produjo la terrible riada que inundó y devastó Valencia. Estos días se puede ver la exposición 'Hasta aquí llegó la riada" con fotografías del centro y barrios de Valencia, donde el agua alcanzó el segundo piso de algunos edificios, desde Serranos hasta Pintor Sorrolla, desde la Alameda hasta el Grao, y quebró puentes como el de Campanar o el de Exposición.
"Crash on the levee, mama, / Water's gonna overflow,/ Swamp's gonna rise / No boat's gonna row" (Down in the flood, Bob Dylan).





EL TEMBLOR

"Una tarde, mientras leía un libro sobre Giordano Bruno, surgió el nombre de Trivia. La ciudad encrucijada. La única ciudad a la que no podía regresar y, sin embargo, la única ciudad real. Un aroma de la infancia. La ciudad del capitán Nemo y el último Mohicano.
Era un atardecer de otoño y el cielo se volvió gris plomo, anunciando tormenta. Las manos me temblaban, todo mi cuerpo era un lejano temblor, un presagio incierto.
Ella estaba en la terraza, preparando a las plantas para las lluvias por venir.
Cuando entró, insistí en dar un paseo. Me inteNtó convencer en vano de que no era el momento, y finalmente, a la vista de la inutilidad de razonar conmigo, me colocó un impermeable azul y un pañuelo rodeando el cuello.

(Un día los pequeños príncipes abandonaron las cavernas y partieron hacia el mundo de la luz a costa de pagar el precio del olvido.
Vivieron alegres y despreocupados hasta que los más débiles descendientes poblaron su mundo de ideas serviles, acotaron el espacio entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal, e inventaron el tiempo y el pasado.
Construyeron nuevas cavernas y encerraron en ellas la tristeza de los pequeños príncipes.)

El mar rebasaba las rocas, como un amante enfurecido, y el río acudía al suicidio con furia ciega. A lo lejos vimos el resplandor de un relámpago único, eterno, y nos quedamos quietos, esperando, sin ver.

(Se iluminaron las bocas de las cavernas. Los ojos de los pequeños príncipes).

Cogidos del brazo, parecíamos ser aturdidos pasajeros de un barco de larga travesía, que no pudieran dormir y a los que el temporal había sorprendido en cubierta. Nos sujetábamos de nuestro propio y creciente temblor, de nuestro propio deseo de seguir ahí. El temblor se hizo más y más intenso, la lluvia comenzó a caer, violentamente, y la oscuridad nos envolvió".

('La Cara B', colección Raindogs 1990, Cuadernos de Trivia. El Cantante Mudo).

El Cantante mudo desleido. No todos los derechos flotan.

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