The Mutesinger logbook, reviews, literature and music, moments that pass and remain
viernes, 23 de enero de 2015
CARTA DE ENERO (30 años de literatura y música)
He recibido un comentario, una de las muchísimas reseñas elogiosas que recibo en idioma anglosajón en estos últimos tiempos por mi trabajo de todos estos años. Y no puedo sino sentirme agradecido y emocionado una vez más y, al mismo tiempo, sentir que la vida sigue y el trabajo y la perseverancia.
Como tantas otras veces que me escriben desde otro país, me muestran su admiración y se alegran de mi éxito en mi tierra, y yo no les voy a llevar la contraria. Mi tierra es ingrata, cierto, pero lo ha sido siempre, desde los tiempos de Blasco, desde los tiempos de Gaos y Zambrano, y hay que asumirlo como se asume el éxito de la paella, las fallas y la playa en verano.
Me hablan de mi voz, de mi capacidad de comunicar, de mi escritura, y pienso que siempre he ido hacia el lugar que he querido, el difícil a menudo, sin importarme lo que pensaran otros. Es curioso que desde fuera de mi tierra, haya quienes hayan reconocido, por ejemplo, al mejor Handke en “Con los Pies en el Cielo” aunque no siendo su idioma requieran del diccionario para una mejor lectura, o que, con una edad jovencísima, una artista alemana haya sido la primera en preguntarme por el dibujo que de mí hizo mi tío abuelo Andreu Alfaro. En su estudio de Rocafort el gran escultor y dibujante me dibujó con la técnica de un solo trazo que usaba Picasso, y esta persona se ha percatado y ha querido saber más de Alfaro.
Soy una persona tímida y reservada, el cariño y la ternura me la reservo para las distancias cortas y la intimidad de las personas que quiero. También la salud me ha dado sus golpes, así como la precariedad económica. Y con todo ello, disfruto como nunca, y como siempre, de lo que hago, esté en las condiciones en las que esté. Por encima de todo, no soy una persona que vaya con la lengua fuera para lamer zapatos, ni con la sonrisa fácil para encantar serpientes. Simplemente no sé hacerlo, ni aprendí, a pesar del entorno mediterráneo y latino. Mi otro yo debe proceder de algún lugar de Copenhague u Oslo.
Mi padre solía decir que la dignidad se muestra dentro de la propia habitación, entre los tuyos o contigo solo. Soy leal con los amigos, me encanta celebrar el haber disfrutado de tanta buena compañía, de tanta gente que sin interés ha viajado conmigo en mis aventuras creativas, literarias y musicales. A quien me ignora le ignoro, a quien me parece lejano le dejo lejos. Y sin embargo, de lejos llegan esos escritos, reseñas, comentarios en idioma extranjero que tanta energía me dan. No somos nadie. Pero este año ha habido gente importante, Derek Damico, Marisol Moyá, Escarlata Ortiz, los músicos de Panta Rei, Xarli Sanjuán, Russell Richardson, Dorota Czerner, Robin Richardson, José Moyá, Mike Baluja, muchos músicos de la red de Reverbnation que ahora son amigos especiales, y tantos otros con los que he disfrutado de la creación y el riesgo, la palabra, la música y la voz.
Sí. Procedo de una familia de cierto nivel cultural. La calle que conecta la Plaza del Cedro con Mas y Ros, donde está el café Tendur, se llama calle Historiadora Sylvia Romeu, por mi tía, autora de la historia de Les Corts Valençianes; mi otra tía es autora de Silencio Roto, entro otros libros pioneros de la labor de la mujer en la guerra civil y la postguerra. El hermano de mi abuela fue alcalde interino de Valencia en la República. Pero que nadie busque en mí a un izquierdoso autóctono, ni el gen nacionalista, no lo encontrarán. Yo soy de todas partes, de cualquier parte donde me sienta en casa. Mi parte de la familia, empero, la de mis padres, es de clase trabajadora, mi padre crió a sus hermanas teniendo que dejar los estudios cuando les abandonó su padre, y mi madre trabajó con mi padre hasta que este falleció, con muchas dificultades. Lo cuento en mi canción "Me dieron un Cuaderno y un Lápiz". Nos criaron fuertes y nada ostentosos. Me siento bien en mis barrios periféricos y humildes. Mi madre ha estado al frente de las asociaciones de vecinos desde 1978 y aún sigue en la brega, y aunque ha recibido sus distinciones, nunca dice nada. Debería de aprender de ella.
No es la primera vez que algunas personas de mi entorno se han sorprendido por el ninguneo de los medios locales, por ejemplo con mi último libro aparecido en Octubre pasado, o con mi último disco "Amor Sin Título", pero quizá recientemente he percibido en ellos cierta indignación cuando han leído "en los medios" que en la Fundación Bancaixa de Valencia hay una mesa redonda sobre "Literatura y Música Pop" y me han preguntado "¿Y tú?". Les he dicho; "No pasa nada. Yo a lo mío, que mucho tengo por hacer".
Lo que sí percibo, cada vez más, y me congratulo por ello, siendo así que habito en esta ciudad y en este país de dejadez, falsa modernidad, desconocimiento de lo autóctono, y una cierta endogamia que creo no nos ayuda a ninguno y nos da mala imagen cara al exterior, lo que sí percibo, digo, son señales que me dan esperanza, savia nueva que lucha por salir de la Gran Amnesia en que nos han metido los media, el falso indie, y el consumo fácil. Son gente muy joven, particularmente nacida después de 1990, con una inquietud y una curiosidad por conocer lo que no viene masticado, que me alegra y me hace ilusionarme. Pueden andar despistados, tanteando en la oscuridad, pero brillan con luz propia y tienen hambre (¿no hay ahí gente joven hambrienta y enamorada? me preguntaba un amigo inglés cuando le decía que no encontraba músicos que entendieran mi necesidad de experimentar). Son chicos y chicas con ingenio, talento y conscientes de que hay que esforzarse porque ya no viene todo dado como con la generación o generaciones de los tiempos del dinero y la fiesta.
Lo que más me gusta es que puedo compartir con ellos la necesidad de tratar de derrapar en la curva, de no ser perfectos, de arriesgar y experimentar, de ir hacia lo desconocido con el bagaje de las grandes vanguardias del siglo XX, y eso es fantástico. Deseo que no se estropeen, o no los estropee la mediocridad del entorno que habitamos. O en todo caso, que salgan fuera sin miedo, que si pueden viajen sin mirar atrás y prueben y experimenten en otros lugares si aquí no hay manera.
Me he dado cuenta de que en 2015 cumplo 30 años de mi primer libro en solitario, al que han seguido otros 14 libros oficiales más la publicación de obra en el Open Space Magazine de NY y la presentación de la Segunda Lluvia (musica y poesía) en el City Hall de Woodstock. Asímismo, celebro también otros 25 años de trayectoria con las canciones, la literatura, la voz y la música desde mi debut con Miquel Gil y Terminal Sur y mi actuación con Breve Idilio en 1990 presentando nuestro disco "Pasión por Pasión" hasta mi último trabajo, el 6º disco en solitario "Amor sin Título" y las canciones con los estadounidenses Maloa Warriors. Y me resulta muy estimulante que quizá pueda compartir los 30 años de carrera con alguno de ellos, y con la gente maravillosa que comparte conmigo mi aventura. Sí. Compartir alguna que otra derrapada, algún que otro momento de fogonazo bestial. Eso estaría bien.
Fernando Garcín en Cavallers de Neu presentando libro y actuando con Breve Idilio, 1990.
© Fernando Garcín
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